Publicado hace 4 años por doctoragridulce a agenteprovocador.es

Aquella última contadora de cuentos, que definía lo que hacía como «cantar», parece una figura del pasado, pero de un pasado remoto. En ilustraciones y grabados antiguos los hemos visto de pueblo en pueblo, desplegando cartelones en los que narraban historias morbosas, amores perdidos o gestas caballerescas. Su público, principalmente, eran los analfabetos y pertenecía al paisaje popular, a esos oficios ya desaparecidos. Desde la Edad Media lo venían haciendo. Luego, se esfumaron. O casi, porque durante la República pudieron verse a algunos.

Comentarios

casius_clavius

Relacionado también con los llamados "romances de ciego", que solían ser narrados o cantados por ciegos vagabundos en los pueblos.

Un ejemplo de este tipo de espectáculos aparece en la película "El Crimen de Cuenca" de Pilar Miró.