Los arqueólogos están explorando ahora los objetos abandonados el último día de la Guerra Mundial y literalmente congelados en el tiempo en una cueva subterránea en lo alto de los Alpes...Las nieves invernales de los años siguientes la sellaron, haciendo que la cueva fuera inaccesible para todos, excepto para un puñado de cazadores de reliquias altamente motivados. El agua penetró hasta lo más profundo del refugio, helando y preservando su contenido durante un siglo.
Comentarios
Hasta allá arriba llegaron a matarse los gilipollas éstos. Y eso que ni siquiera tienen petróleo o minerales que robarse.