Hace 1 año | Por japego a fronterad.com
Publicado hace 1 año por japego a fronterad.com

Manuel Moreno Barranco fue el primero de la larga lista de represaliados de aquel 1963: Julián Grimau, Ramón Vila Capdevila, Francisco Granados Gata, Joaquín Delgado Martínez… El mismo día de la muerte, una amiga, ignorante de los acontecimientos, le confesaba por carta su predilección por García Lorca

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tiopio

El entonces Ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne ofrece esta versión, en carta a José Manuel Caballero Bonald, firmante de un manifiesto que solicitaba aclarar los hechos: "cuando el celador abrió normalmente la celda que ocupaba el señor Moreno Barranco, a las ocho de la mañana del día 22 de febrero, el detenido se arrojó de cabeza por encima de la barandilla del corredor sito delante de su celda y cayó al patio fracturándose la base del cráneo" El resto de presos no vio nada: informaron que a esa hora aún no habían salido de sus celdas. El único testigo era el policía que dirigía los interrogatorios, quien años después comunicaría a un amigo de Manuel que su presencia entonces se debía a la intención de informarle su traslado a Madrid. El caso presenta muchas similitudes con la defenestración de Julián Grimau, así como con las cuatro defenestraciones policiales con resultado de muerte de las que se tiene noticia entre 1963 y 1969, ninguna de las cuales fue admitida por las autoridades. La policía impide a la madre la visita al hijo agonizante. Manuel Moreno falleció a las pocas horas, por "hemorragia cerebral". La policía custodia el entierro, al cual sus propios amigos rehúsan acudir por temor a verse implicados.