Ser un conductor de diligencias en el siglo XIX tenía su mérito. Los riesgos eran altos, y sólo los conductores más hábiles tenían éxito.Debian de asumir grandes riesgos, llevando a la gente y sus posesiones a un territorio desconocido, donde la gente iba con la esperanza de hacerse rica. Era un estilo de vida que poca gente podía soportar, y uno de los más hábiles dirigiendo diligencias era un tipo llamado Charley Parkhurst, también conocido como "Charley One", pues había perdido un ojo por una patada de un caballo.
Comentarios
Bonita historia, sobre todo, por que Charley se llamaba en realidad Charlotte y era mujer.
#1 Ahora entiendo lo de la conducción temeraria ...