Caminando por el subsuelo de Madrid nos encontramos muy a menudo con artistas callejeros. Tanto dentro de los vagones del metro como en los pasillos exponen su voz y su talento. Nos encandilan con su música e, incluso, nos pueden llegar a distraer y pasarnos nuestra parada.
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Cuando voy a Madrid siempre hago lo posible por pasar por la estación de Moncloa a ver si vuelvo a encontrar al violinista, pero ya no lo veo