El riesgo sísmico no depende solo del temblor en sí, sino también de la resistencia de los edificios y de las características sociales de su población. Un equipo español de científicos propone una nueva manera de calcular este riesgo desde una perspectiva que integra aspectos como la fragilidad social y la capacidad de recuperación colectiva.
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Artículo original en inglés aquí: http://bit.ly/LR07EI