El bombardeo destruyó gran parte de la abadía y mató a varios civiles que se habían refugiado en ella. No hubo bajas entre los alemanes, porque estos no se encontraban en ella. El oficial al mando de la 1ª División Fallschirmjäger alemana no permitió que sus fuerzas utilizaran la abadía como recinto defensivo, pues este era muy religioso y miembro lego de la Orden de San Benito. Pero una vez esta fue bombardeada sí autorizó su uso y estableció importantes defensas entre la abadía y el pueblo.