Hace 12 años | Por Aenema a biobiochile.cl
Publicado hace 12 años por Aenema a biobiochile.cl

"Podría ser gracioso si sus consecuencias no hubieran sido tan trágicas. Tras el terremoto de 8.8 grados que asoló la zona centro-sur de Chile el 27 de febrero de 2010, los dos principales organismos encargados de monitorear la emergencia -el SHOA y la Onemi- cometieron una seguidilla de errores garrafales que pudieron incidir directamente en la muerte de al menos 30 personas."

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Si hubo 500 muertos y no 5000 fue porque la gente ignoró los avisos de no evacuar las costas y se largó lo más rápido que pudo. Lo que marcó la diferencia con Haití fue la calidad de las construcciones y la "educación sísmica" de los chilenos (basada en la memoria de terremotos pasados y no en educación formal), el papel de las autoridades fue lamentable. Unas 20 o 40 horas después del terremoto un político de la oposición declaraba por la radio que el escenario era mucho peor de lo que se decía, que la gente de Constitución le contaba de un maremoto que había entrado a la ciudad y los que nos informábamos por la tele y los comunicados oficiales nos preguntábamos qué había fumado.