Hace 10 años | Por Lokutus a sociedad.elpais.com
Publicado hace 10 años por Lokutus a sociedad.elpais.com

Fue sobre las dos y media de la tarde cuando Sara Sánchez se dio cuenta de que aquel no iba a ser un día normal. En la sala de coordinación de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) llevaban ya cinco donantes a esa hora, el total habitual de un día. Había que buscar destino para dos pulmones sanos que estaban disponibles en un hospital de Madrid. Había que preparar un avión que debía desplazar a un equipo de cirujanos de Barcelona para ir a recoger unos órganos a un hospital del norte peninsular.

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