La problemática que genera un divorcio, especialmente cuando hay hijos menores, es una de las causas de que los juzgados estén como están. Algunas demandas se eternizan con denuncias cruzadas continuas que van creando nuevos pleitos, nuevas vistas, nuevas sentencias y nuevas ejecuciones que, literalmente, es imposible despachar. Una dinámica habitual es que una denuncia por impago se conteste con otra por incumplimiento en el régimen de visitas y que el intercambio se vaya repitiendo con una cierta frecuencia.