Publicado hace 10 años por toni_robles a internacional.elpais.com

Hoy entierran a Nelson Mandela y con él, de una vez y por todas, al apartheid, la división racial como factor determinante de la sociedad sudafricana. Hablar hoy de Sudáfrica con la mirada puesta en la relación entre blancos y negros tiene su interés, ya que el país ha servido como una especie de laboratorio en el que la humanidad ha explorado el eterno tema del racismo, pero no es lo que concentra la atención de los propios sudafricanos.

Comentarios

PepeMiaja

"La mayor pitada fue para el actual presidente, Jacob Zuma; uno de los que fue más sentidamente ovacionado fue Frederik de Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica, un antiguo defensor del apartheid conocido por su conservadurismo durante la mayor parte de su trayectoria política.

Eso lo dijo casi todo. De Klerk será blanco pero fue socio de Mandela en la transición y, al final, cedió el poder de manera negociada, civilizada. El público de Soweto lo reconoció como uno de los suyos, como un digno compatriota. El hecho de que Zuma fuera uno de los suyos en cuanto al color de su piel fue, para aquel sector representativo de la Sudáfrica negra, irrelevante"