En primer lugar, debemos que tener claro que estamos ante unos dispositivos limitados y que están destinados a las consultas y a pequeñas modificaciones. Si planeamos la adquisición de una tableta para la sustitución de un PC debemos abandonar esta idea. Por mucho que compremos teclados y ratones complementarios, las aplicaciones móviles no tienen las mismas capacidades que las aplicaciones de escritorio.