Durante un partido de baseball entre los equipos de Chicago y Cleveland, una ardilla se cuela en el campo, la echan, continuan el partido y vuelve a colarse otra vez para tumbarse en el área del lanzador. Lo más curioso es el intento de pasar desapercibida que hace estirándose en el suelo y camuflándose con su propia cola.
Comentarios
Ainnssss, quizá es porque no soy de yankilandia pero ver a la ardilla es infinitamente más divertido (y adorable) que ver el partido
¿seguro que era la misma?