Publicado hace 12 años por EduardoLB a cuatrocuentos.wordpress.com

La primera imagen que vuelve cuando me acuerdo de ella es, para qué negarlo, su culo. Además fue lo primero que vi cuando entré al aula, acompañado por la mujer que iba a presentarme. La vi de espaldas, buscando algo que seguramente se le había caído, moviendo las manos por el piso. Enseguida se levantó y me miró –tenía ojos verdes- y supe, necesito ser sincero, que iba a terminar haciendo cualquier cosa para tener ese culo a mi disposición. Redondo, parado. Duro. Así lo adiviné. El jean lo apretaba. Hice un gran esfuerzo para pensar en otra...