La prensa italiana la llama «la dama blanca» de Silvio Berlusconi. El motivo del apodo se debe a que en 2010, con motivo de la cumbre del G8 en Toronto, Federica Gagliardi acompañó al expresidente del Consejo a Canadá vestida completamente de blanco, como un miembro más de la delegación italiana.
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Era para consumo propio