Solo el 50% del recibo de la luz corresponde a los costes reales de producción de la energía, el resto es por gastos de transporte, almacenamiento y tasas especiales y lo fija el Gobierno. Entre 2005 y 2009 los costes para generar energía eléctrica disminuyeron en torno al 31,5% pero las tarifas se incrementaron un 29,7%