La diferencia genética es notable, mientras que su aspecto se distingue por las manchas rojas en la uña. A Charles Darwin la diferencia se le pasó por alto. Pero no le ocurrió lo mismo al grupo de científicos gallegos se desplazaron a Cabo Verde para recoger muestras de percebe. Sus sospechas se confirmaron tras un análisis genético de los crustáceos en su laboratorio de la Universidade de Santiago: habían descubierto una nueva especie de percebe, distinta morfológica y genéticamente a las tres quque había descrito y clasificado Darwin.