Las principales inquietudes que tiene la FIFA están relacionadas a la infraestructura y a algunos aspectos legales en la organización del evento. Uno de los puntos conflictivos del proyecto de ley es que la FIFA quiere que Brasil levante una prohibición respecto a la venta de alcohol en los estadios. El Gobierno de Brasil también quiere poner las entradas más baratas para estudiantes, jubilados y pueblos originarios.