Hace 15 años | Por --116310-- a elpais.com
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c&p-Los presidentes de Argentina y Brasil, Cristina Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, intentaron eludir ayer el espinoso asunto de las relaciones comerciales entre sus países, pero no lo consiguieron. Se encontraron en São Paulo, en el marco de un foro empresarial bilateral, y el malestar entre sus respectivos sectores industriales pudo más que los buenos propósitos de hablar sobre asuntos más agradecidos, como la posición común que los Gobiernos de Brasilia y Buenos Aires pretenden llevar a la cumbre del G-20

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La actitud del Gobierno argentino molesta al sector industrial brasileño, básicamente porque la crisis mundial ya ha impactado de lleno en Brasil y sus indicadores de crecimiento económico y producción industrial no paran de caer en picado. El último boletín semanal difundido por el Banco Central de Brasil sitúa la previsión de crecimiento para este año en el 0,59%, cuando el producto interior bruto (PIB) brasileño cerró 2008 en un alentador 5,1%. Para los industriales brasileños resulta especialmente sangrante el hecho de que su Gobierno anunció en enero nuevas restricciones a la entrada de 3.000 productos (aproximadamente, el 60% de sus importaciones) en su mercado. En aquel momento Argentina protestó enérgicamente y Lula, en un gesto paternalista y de buena vecindad, decidió dar marcha atrás con las barreras comerciales.