En Sudamérica están proliferando plantas hidroeléctricas y carreteras bioceánicas financiadas por Brasil. Mientras que la potencia emergente sudamericana promete cooperación regional y abrir rutas comerciales a Asia, muchos cuestionan que detrás de estos proyectos hay un afán imperialista, si bien el gobierno brasileño lo niega. noticia relacionada Los temores ante Brasil, el nuevo imperio americano