Creeríamos estar ante un escenario de política-ficción. Gordon Brown custodio, desde hace treinta años de la política financiera del Reino Unido; y Nicolás Sarkozy, el presidente más de derecha que conoció jamás Francia, deciden ponerles un impuesto a los bonos bancarios. Apoyan aplicar un impuesto a las transacciones financieras y los veintisiete jefes de Estado o de Gobierno europeos reclaman al FMI “analizar todas las opciones disponibles”, incluido “un impuesto global a las transacciones financieras”.
Comentarios
Hasta que no lo vea no me lo creo.