Se veía venir. Ese silencio que mantenía Rodolfo Ares respecto a las investigaciones sobre la actuación de la Ertzaintza que desembocó en la muerte de Iñigo Cabacas no auguraba nada bueno. Un mes después, se confirma: la asunción de responsabilidades políticas que anunció tarde y mal el consejero en el Parlamento vasco era un brindis al sol. Se trataba, en definitiva, de dejar pasar el tiempo y salvar su puesto.
Comentarios
Creo que desgraciadamente la frase que lo resume todo es con la que comienza el artículo:
Se veía venir.