Cada megavatio de potencia en las primeras centrales hidroeléctricas construidas por los presos del Gulag a orillas del Volga salió al precio de 40 vidas humanas, reveló Anatoli Chubáis, jefe del monopolio electricista ruso RAO EES. Esta entidad, a la que quedan unas cuantas semanas para disolución definitiva, publicó en su página web un estudio sobre el trabajo de reclusos en grandes obras energéticas de la URSS.
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Es triste que los crimenes cometidos en la URSS esten tan olvidados en la historia...