Publicado hace 14 años por nachochaparro a blogs.tercerainformacion.es

Cuando la educación y/o la integración social fallan y el individuo agrede a la sociedad, esta no le castiga. No se obtiene de él nada a cambio del daño causado, no se le causa a él un daño equivalente. Por contra, se castiga ella misma internándolo en un centro en el que se le provee del anteriormente negado bienestar material y la “necesaria” reeducación social. Esto es nuestro sistema penitenciario, una institución educativa.