A lo largo del año pasado, los habitantes de Sevilla y su área metropolitana respiraron uno de cada tres días aire con una calidad por debajo de los límites "admisibles para la salud humana". Las causas fueron la alta concentración de ozono troposférico -en las horas de más temperatura y de densidad de tráfico de vehículos- y la aparición de partículas en suspensión arrastradas por el viento desde los desiertos del norte de África. En menor medida, un tercer factor fue la contaminación por dióxido de nitrógeno.
Comentarios
Estando así las cosas.. ¿Qué solución hay?. Nos obligan a vivir en ciudades bajo la coacción de un trabajo, de unos servicios. En demasiadas ocasiones, la utilización de un vehículo puede ser difícil de reemplazar, aunque el nivel de concienciación es despreciable. Si además, me lo curro y cojo la bici, me dedico a respirar humo recien horneado con los pulmones bien abiertos. En la CAM, han recomendado unas cuantas veces que 'no se haga ejercicio físico al aíre libre'.
¿Que hostias queda? ¿Quién me podría reprochar que inutilizara cientos de coche cada día? ¿Su derecho a la propiedad está por encima del mio a la vida?.
Las posibles soluciones se convierten en imposibles mientras sigamos asociando la calidad de nuestras vidas con la rentabilidad -grandes corporaciones empresariales con sedes y fábricas en nucleos urbanos en lugar de pequeñas empresas o asociaciones de trabajadores que operen de forma local y creen trabajo fuera de ellos- o con los intereses particulares de una minoría, intentando subirnos al carro en este caso del "tantos C.V. tienes, tanto vales" en vez de tratar de invertir tendencias y apostar realmente por la exigencia de mejora y abaratamiento del transporte público o alternativo.