El agua de aquí, si no te acostumbras, siempre te sabrá "mal".
Si tomamos como estándar para el sabor del agua, por ejemplo, la embotellada de Lanjarón (por poner, no recuerdo otra ahora) la de BCN sabe como a cal, como a "piedra", no sabría explicar el sabor exactamente, pero tiene y es desagradable. En cambio en el sur de España el agua no tiene ese sabor: en Sevilla no tiene ningun tipo de regusto.
Mi truco: no beber sin comer: el sabor de la comida mata al del agua. Para beber solo, agua embotellada...
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Mi truco: no beber sin comer: el sabor de la comida mata al del agua. Para beber solo, agua embotellada...