Hace 14 años | Por --128306-- a elpais.com
Publicado hace 14 años por --128306-- a elpais.com

El frenético ritmo laboral no deja mucho tiempo para la reflexión. Esta hipervelocidad nos lleva a vivir por inercia, dedicando toda nuestra energía a metas externas, que se oxidan con el paso del tiempo. Y así, terminamos volviéndonos inconscientes de nosotros mismos, olvidando las cosas realmente importantes de la vida, como la paz y el equilibrio interiores, el amor hacia uno mismo y hacia los demás o algo tan esencial como la simple conciencia de sentirnos alegres y agradecidos por el hecho de estar vivos.

Comentarios

Tomaydaca

La verdad es que nunca reflexionamos mucho porque si no, como leeríamos estas obviedades o mejor dicho, estas simplezas.

D

#1 Olvidar no cuesta nada. Vivimos inconscientemente y conviene que así sea. No vaya a ser que al sistema le de por cambiar radicalmente claro...