El hallazgo el lunes de un joven marroquí de 15 años en Benicarló, donde llegó tras haber viajado en los bajos de un camión durante 1.000 kilómetros desde Marruecos, ha vuelto a reavivar la problemática que sufren los camioneros u otros transportistas cuando viajan al país africano, donde existe el peligro de que se añada a la carga droga o, como en este caso, personas que huyen de la pobrez