¿Qué tienen en común Francisco Camps y Francesco Schettino, aparte del nombre? Dos cosas. Una evidente: ambos han hecho buena la frase «cuando el barco se hunde las ratas lo abandonan». Y una oculta: ninguno de los dos ha dicho la verdadera razón por la que han abandonado el mando en momentos críticos. Traducción en #1
¿Qué tienen en común Francisco Camps y Francesco Schettino, aparte del nombre? Dos cosas. Una evidente: ambos han hecho buena la frase «cuando el barco se hunde las ratas lo abandonan». Y una oculta: ninguno de los dos ha dicho la verdadera razón por la que han abandonado el mando en momentos críticos. Sabemos la versión oficial del ex presidente, pero es una versión sietemesina, esto es, incompleta: porque, si el proceso judicial fuera la única razón, la habría evitado pagando la multa como preveía o no se habría presentado a las elecciones . Mi hipótesis, falible como cualquier otra, es que considera la presidencia de la Generalitat como sus antecesores Lerma y Zaplana: un cargo más de la carrera política, y, ante la esperada victoria de Rajoy, el hombre tenía las sus aspiraciones. No contaba, sin embargo, con el cordón sanitario establecido por Rajoy en torno a Valencia por los casos de corrupción, equivalente en la práctica la famosa frase del guardacostas al capitán del Costa Concordia: «Subo a bordo, coño». Es decir (en versión apta para todos los públicos): quédate Valencia y gestiona el desastre que has causado.
Pagar la multa para evitar el juicio era una eventualidad que Rajoy considera válida para gobernar la colonia valenciana, que todo lo tolera como ha demostrado ampliamente, pero no para ejercer ningún cargo en la metrópoli. Así que, ante la disyuntiva de pilotar un País Valenciano a la deriva (con el cobrador del frac tocando a las puertas y, desde el 20N, con el victimismo convertido cheque sin fondos), o pasar la vergüenza de un proceso confiando en que el jurado toque la flauta de la inocencia como el cuadrúpedo de la fábula, Camps se lo ha jugado shakespearianament ha dicho: ser o no ser declarado inocente, esa es la cuestión. Si se sale, saldrá de la tumba como Michael Jackson y anotará nuevos hitos de navegación política en su cuaderno de bitácora. Y si no sale, «que me mezquitas lo bailao» y las cenas glamurosos de capitán de crucero, siempre tendrá el bote salvavidas de las prebendas de ex presidente.
#0 Te sugiero que pongas en el titular [cat], así adviertes a los usuarios que la noticia está en catalán. Y que pongas en la entradilla "traducción en #1 ". (Gracias por la traducción)
Me parece mucho rizar el rizo.
Camps abandonó porque su situación era totalmente insostenible y se dio por vencido políticamente. Hasta en Génova pedían su cabeza.
Claro, que las mismas voces que la pedían, y la obtuvieron, ahora se preguntan que a ver quién le repone la honorabilidad.
Que le compren un traje. O que le den un Ministerio, ellos que pueden.
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¿Qué tienen en común Francisco Camps y Francesco Schettino, aparte del nombre? Dos cosas. Una evidente: ambos han hecho buena la frase «cuando el barco se hunde las ratas lo abandonan». Y una oculta: ninguno de los dos ha dicho la verdadera razón por la que han abandonado el mando en momentos críticos. Sabemos la versión oficial del ex presidente, pero es una versión sietemesina, esto es, incompleta: porque, si el proceso judicial fuera la única razón, la habría evitado pagando la multa como preveía o no se habría presentado a las elecciones . Mi hipótesis, falible como cualquier otra, es que considera la presidencia de la Generalitat como sus antecesores Lerma y Zaplana: un cargo más de la carrera política, y, ante la esperada victoria de Rajoy, el hombre tenía las sus aspiraciones. No contaba, sin embargo, con el cordón sanitario establecido por Rajoy en torno a Valencia por los casos de corrupción, equivalente en la práctica la famosa frase del guardacostas al capitán del Costa Concordia: «Subo a bordo, coño». Es decir (en versión apta para todos los públicos): quédate Valencia y gestiona el desastre que has causado.
Pagar la multa para evitar el juicio era una eventualidad que Rajoy considera válida para gobernar la colonia valenciana, que todo lo tolera como ha demostrado ampliamente, pero no para ejercer ningún cargo en la metrópoli. Así que, ante la disyuntiva de pilotar un País Valenciano a la deriva (con el cobrador del frac tocando a las puertas y, desde el 20N, con el victimismo convertido cheque sin fondos), o pasar la vergüenza de un proceso confiando en que el jurado toque la flauta de la inocencia como el cuadrúpedo de la fábula, Camps se lo ha jugado shakespearianament ha dicho: ser o no ser declarado inocente, esa es la cuestión. Si se sale, saldrá de la tumba como Michael Jackson y anotará nuevos hitos de navegación política en su cuaderno de bitácora. Y si no sale, «que me mezquitas lo bailao» y las cenas glamurosos de capitán de crucero, siempre tendrá el bote salvavidas de las prebendas de ex presidente.
#0 Te sugiero que pongas en el titular [cat], así adviertes a los usuarios que la noticia está en catalán. Y que pongas en la entradilla "traducción en #1 ". (Gracias por la traducción)
#2 Gracias, hecho
#3 La entradilla en castellano...
Me parece mucho rizar el rizo.
Camps abandonó porque su situación era totalmente insostenible y se dio por vencido políticamente. Hasta en Génova pedían su cabeza.
Claro, que las mismas voces que la pedían, y la obtuvieron, ahora se preguntan que a ver quién le repone la honorabilidad.
Que le compren un traje. O que le den un Ministerio, ellos que pueden.