Publicado hace 12 años por camachosoft a noticiasdelaciencia.com

Una nueva investigación muestra cómo la capacidad de detectar la luz pudo evolucionar antes de que apareciera el primer ojo. La investigación se basa en el mecanismo urticante de la Hydra magnipapillata, un pequeño pólipo de agua dulce que no tiene ojos. Las hidras, que pertenecen al filo Cnidaria en el cual se incluyen anémonas de mar, corales y medusas, son básicamente bocas rodeadas de tentáculos armados con células urticantes.