Lewis vive alejado de las pistas. No queda tampoco demasiado rastro del deportista arrogante, con tics de divo que vestía ropa extravagante y lucía radicales cortes de pelo. Metido en la cincuentena, Lewis deja ver algunas de las caras de su poliédrica personalidad. Integrante de una familia que mantuvo una relación de amistad con Martin Luther King, embajador de buena voluntad de Naciones Unidas y fan de la política del presidente Barack Obama.
Comentarios
También sintió la efedrina, pseudoefedrina y fenilpropanolamina en sus carnes.
Como decía Unamuno, el fascismo se cura leyendo y el racismo viajando
#1 Unamuno hablaba del carlismo y del nacionalismo, pero te puedes hacer venir la cita como te plazca
#2 Esa es de Pío Baroja
#2 #3 A mi me importa poco quien lo dijese, la cuestión es que tenía mas razón que un santo
#1 Ni el fascismo se cura leyendo ni el racismo viajando.
Las dos cosas son propias de mentes imbéciles, egocéntricas y egoístas. Y ninguna de esas tres cosas tiene cura conocida.
#1
Y el hambre aprendiendo a cocinar...