Los investigadores descubrieron que, al final del periodo normal de gestación, en los bebés estas redes habían alcanzado ya un nivel de desarrollo equivalente al de las de un adulto. Se cree que una red particular de esta clase, identificada en los bebés, está involucrada en la introspección consciente (rememorar recuerdos autobiográficos e imaginar el futuro, entre otras cosas) y en lo que coloquialmente se describe como soñar despierto o fantasear.