Mientras esta megalópolis de 20 millones de habitantes se arma de valor para albergar el 18º Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), cada vez son más los objetos potencialmente peligrosos -globos, palomas mensajeras, pelotitas de ping-pong y aviones de juguete a control remoto- que ingresan en la lista de artículos sospechosos que podrían transportar mensajes de protesta y arruinar un espectáculo político meticulosamente coreografiado.