Hace 14 años | Por pablicius a latimes.com
Publicado hace 14 años por pablicius a latimes.com

En la campaña presidencial, Obama atacó a la administración Bush por poner las prioridades políticas antes que la ciencia. Durante sus primeras semanas en la Casa Blanca, ordenó a sus asesores que desarrollaran reglas para “garantizar la integridad científica en el poder ejecutivo”. Pero año y medio después, las reglas no han sido publicadas. Ahora los científicos acusan a Obama de no hacer lo suficiente para cambiar una cultura que permite a las autoridades interferir en su trabajo y les limita su capacidad para hablar claro.

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LOS CIENTIFICOS ESPERABAN UNA ADMINISTRACION OBAMA MAS AMISTOSA

Washington – En la campaña presidencial, Barack Obama atacó a la administración de George W. Bush por poner las prioridades políticas antes que la ciencia en cuestiones tales como el cambio climático y la salud pública. Y durante sus primeras semanas en la Casa Blanca, el presidente Obama ordenó a sus asesores que desarrollaran reglas para “garantizar la integridad científica en el poder ejecutivo”.

Muchos científicos saludaron la postura presidencial. Pero año y medio después, las reglas no han sido publicadas. Ahora los científicos acusan a Obama de no hace lo suficiente para cambiar una cultura que dicen permitía a las autoridades interferir en su trabajo y les limitaba su capacidad para hablar claro.

“Tenemos quejas de científicos gubernamentales ahora al mismo ritmo que en la administración Bush”, dice Jeffrey Ruch, un abogado activista que representa a una organización de científicos.

Desde la Casa Blanca dicen que siguen comprometidos en proteger la ciencia de interferencias y que han propuesto códigos de conducta que serán entregados a Obama dentro de poco.

Pero entrevistas con varios científicos, la mayor parte de los cuales pidió anonimato porque temían represalias en sus puestos, así como e-mail aportados por Ruch y otros muestras un amplio abanico de quejas durante la presidencia de Obama.

En Florida, expertos en calidad del agua dijeron haber sido interferidos al intentar evaluar el daño causado a los Everglades (pantanos) por los proyectos de desarrollo.

En el Noroeste, los científicos fueron presionados para minimizar los efectos que habían encontrado al estudiar el efecto de las presas en las poblaciones de salmón.

En varios estados del oeste, los biólogos fueron presionados para ignorar los efectos de la sobreexplotación de pastoreo en tierras federales.

En Alaska, algunas licencias de exploración de gas y petróleo concedidas durante la administración Bush siguen vigentes con la de Obama, a pesar de la presentación de pruebas del daño medioambiental que implican.

Y la Unión de Científicos Preocupados, una organización de Washington, dice que tiene quejas de científicos en puestos clave de la administración, que se quejan de las dificultades que tienen para hablar públicamente.

“Muchas de las frustraciones que hubo con la administración anterior continúan con esta”, dice Francesca Grifo, de dicha organización.

Por ejemplo, Grifo dice que el estudio de un biólogo de una agencia federal en Maryland fue desestimado por un superior que no es científico. El biólogo temía expresar sus preocupaciones dentro y fuera de la agencia.

La mayor parte de los ejemplos aportados por Ruch, Grifo y otros vienen de científicos que piden anonimato, dificultando que las agencias respondan a protestas individuales. Autoridades de esas agencias dicen que a los científicos se les permite y anima a hablar públicamente si creen que la política es la que está en contra de sus conclusiones.

El director de la oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, John P. Holdren, dijo en una declaración el mes pasado que el presidente había establecido una política al respecto en el memorandum de marzo de 2009, llamando a la integridad científica como norma a lo largo y ancho de la administración.

“No debería haber ninguna duda de que esos principios se han estado aplicando: son obligatorios para todos los departamentos y agencias ejecutivas”, dijo Holdren, añadiendo que un “aumento de esas normas” llegaría pronto.

Aun así, Grifo dijo que el volumen de quejas indica que hay un problema real y que es “vital” que la administración Obama emita instrucciones adicionales. Aunque el respeto global por la ciencia pueda haber subido con la administración Obama, varios científicos dijeron que todavía eran objeto de interferencias.

Ruch, refiriéndose a informes de científicos gubernamentales en Alaska, dijo que bajo la administración Bush, la agencia que da los permisos de exploración de gas y petróleo “de rutina impedía a los científicos plantear inconvenientes medioambientales relacionados con vertidos de petróleo, introducción de especies invasivas y otros asuntos que pudiesen forzar la necesidad de una revisión medioambiental completa y más profunda”.

Al mantener a los directores y las normas del Departamento de Interior sin cambios, el personal nombrado por Obama “ha hecho la vista gorda con las sentencias que decían que los permisos otorgados por la administración Bush eran medioambientalmente deficientes, así como con el informe GAO, que decía que los científicos eran rutinariamente ignorados y acallados”.

Kendra Barlow, portavoz del Departamento de Interior, no está de acuerdo. […] “Todas las decisiones se toman con cautela, y una base científica”.

[Sigue otra serie de ejemplos que no traduzco al detalle; el más significativo, ignorar que el disolvente usado para limpiar el petróleo del Golfo de México podría ser más tóxico que el propio petróleo].

El asesor científico de la Casa Blanca Holdren dijo al Comité de Ciencia y Tecnología en febrero que las guías de integridad científica se estaban retrasando por “la dificultad para construir unas normas que fuesen aplicables transversalmente a todas las agencias de la administración, y aceptadas por todos los involucrados”.

Científicos y ecologistas aplaudieron a Obama por nombrar a científicos altamente reconocidos en puestos clave de la administración. Pero hasta ahora, según los críticos, esos nombramientos no han eliminado los problemas a los que se enfrentan otros científicos de menor nivel en la administración.

Por ejemplo, dice Ruch, ha sido contactado por dos científicos que intentaban establecer unas normas más estrictas en el control de la calidad del agua, cuyos puestos de trabajo han sido suprimidos.

[…]

“La administración lleva ya suficiente tiempo para que, si las cosas tuviesen que cambiar, ya lo hubiésemos visto. Y simplemente, no lo vemos”.

D

Es imposible nombrar tres grandes cambios en la gestión de Obama con respecto a la de Bush en temas realmente importantes. Yes we can por mis cojones, nos la han vuelto a dar con queso

xenNews

#2 Ingenuos.

Nadie va a cambiar nada en temas importantes. El gobierno no lo tiene Obama, y él sabe perfectamente su papel.