De acuerdo con los resultados del estudio, publicados en el último número de la revista científica «Journal of Lipid Research», los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Washington -San Luis- han localizado un receptor químico en las papilas gustativas de nuestra lengua capaz de reconocer las moléculas de grasa. Según recoge el diario británico «The Telegraph», la presencia y sensibilidad de este receptor, denominado CD36, en la lengua determina la capacidad de la persona para detectar el «sabor a grasa».
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¿Un nuevo paso evolutivo?.