Nada hay como observar la sonrisa de un niño que abandona su sordera, o la de una niña que recupera el aliento tras una leucemia gracias a la valentía de unos científicos. Pero también resulta inspirador observar cómo ciencia y tecnología atraen cada vez más a jóvenes talentos dispuestos a comerse el mundo dominando herramientas hasta ahora reservadas a sus hermanos mayores.