Cinco meses después de la orden de cierre decretada por el arzobispado de Madrid, el lema acuñado entonces, “San Carlos Borromeo resiste”, continúa siendo una realidad. Los planes iniciales de Rouco Varela de convertir el templo en un centro de Cáritas por ahora no han pasado del papel. Y en Entrevías, a pesar de las amenazas, sus tres sacerdotes siguen ejerciendo.
Yo no entiendo esto de los curas que "se rebelan" contra la jerarquía eclesiástica. Nadie les obligó a ser curas, saben que cuando se incorporan a la Iglesia católica es porque están dispuestos a asumir las decisiones de sus superiores sin discutirlas. Si no están de acuerdo, lo tienen fácil: que se salgan. Se puede seguir siendo católico sin ser parte de la Iglesia, así como se puede seguir siendo cristiano sin ser católico.
Ah, por cierto, me hace mucha gracia cómo ahora todos los anticatólicos de este país hacen causa común con esta Iglesia. "La Iglesia del pueblo", venga, que sí, que hemos retrocedido todos 50 años y no nos hemos dado cuenta.
#1 Creo yo que el problema hunde sus raíces en el mensaje equívoco que contínuamente manda esa religión.
Por un lado, lenguaje beatífico, amor, hermandad, caridad, paz, convivencia...
Por el otro, agresividad, dogmatismos arcaicos, negativa a Derechos Humanos, inclusión de pena de muerte en catecismo, politización de la religión...
Y entonces ocurre que quienes atienden el primer mensaje de pronto se ven castigados por el segundo mensaje, que a todos los efectos se vé que cuenta con mayor presencia en la cúpula de ese (y otros) credo.
Cuanto menos así me lo vienen a comentar varios católicos de base disconformes con su curia, que consideran no les representa y que deben cambiar. La cúpula, no los creyentes.
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Yo no entiendo esto de los curas que "se rebelan" contra la jerarquía eclesiástica. Nadie les obligó a ser curas, saben que cuando se incorporan a la Iglesia católica es porque están dispuestos a asumir las decisiones de sus superiores sin discutirlas. Si no están de acuerdo, lo tienen fácil: que se salgan. Se puede seguir siendo católico sin ser parte de la Iglesia, así como se puede seguir siendo cristiano sin ser católico.
Ah, por cierto, me hace mucha gracia cómo ahora todos los anticatólicos de este país hacen causa común con esta Iglesia. "La Iglesia del pueblo", venga, que sí, que hemos retrocedido todos 50 años y no nos hemos dado cuenta.
#1 Creo yo que el problema hunde sus raíces en el mensaje equívoco que contínuamente manda esa religión.
Por un lado, lenguaje beatífico, amor, hermandad, caridad, paz, convivencia...
Por el otro, agresividad, dogmatismos arcaicos, negativa a Derechos Humanos, inclusión de pena de muerte en catecismo, politización de la religión...
Y entonces ocurre que quienes atienden el primer mensaje de pronto se ven castigados por el segundo mensaje, que a todos los efectos se vé que cuenta con mayor presencia en la cúpula de ese (y otros) credo.
Cuanto menos así me lo vienen a comentar varios católicos de base disconformes con su curia, que consideran no les representa y que deben cambiar. La cúpula, no los creyentes.