Descripción de cinco eventos reales que se podrían comparar a las más sofisticadas novelas de ciencia ficción: la ciberguerra rusa a Estonia, el CERN, el turismo espacial, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y otras afecciones casi pandémicas como la gripe aviar y, por último, el 11S. Vía: http://alt1040.com/2008/07/realidad-o-ciencia-ficcion/Traducción en comentario #2.
Traducción bastante libre y resumida (elimino parte de las coñas):
Nos encantan las buenas historias de ciencia ficción, pero a veces la realidad es igual de rara. Los últimos ocho años han estado plagados de eventos que podrían haberse confundido con algún estreno de verano.
Ciberguerra estoniana: Probablemente haya sido el ciberataque más extraño, aunque no el mayor. El año pasado, hackers rusos tomaron la revancha contra Estonia por un conflicto relacionado con soldados caidos durante la era Soviética, echando abajo sitios web de diarios, bancos e incluso del gobierno utilizando ataques DDOs a gran escala.
Se desconoce si los culpables ayudaban deliberadamente al gobierno del Kremlin, como se sugería, pero teniendo en cuenta la cantidad de ciudadanos rusos, no es imposible pensar que el ataque que casi paraliza a un país fuese perpetrado por ciudadanos independientes.
CERN: Solo es necesario ver las imágenes dentro del Gran Colisionador de Hadrones (acelerador de partículas) para darse cuenta de la increíble apariencia de ciencia ficción del aparato. La historia de esta máquina tiene todos los ingredientes de una buena novela CI-FI: la aceleración de partículas a energías verdaderamente peligrosas creca del borde de Francia y Suiza, donde los científicos intentan confirmar varias teorías y realizar nuevos descubrimientos con partículas cada vez más efímeras, y la eterna preocupación de que los experimentos de la organización harán explotar el mundo.
Turismo espacial: Tanto el cine como en la televisión traen consigo desde hace tiempo la promesa del viaje espacial a disposición de ciudadanos, pero el desarrollo en la vida real del mismo ha sido agonizantemente lento hasta hace poco. Ahora, los aspirantes a astronauta pueden reservar una semana de estancia en la Estación Espacial Internacional por 20 millones de dólares, o aprovechar una de las ofertas para orbitar alrededor de la luna por tan solo 100 millones de dólares.
SARS, gripe aviar y otras afecciones casi pandémicas: Los brotes de virus extraños han sido, desde hace tiempo, un estandarte en la CI-FI, aunque este siglo hemos tenido algunos sustos muy preocupantes. No es difícil imaginar la carrera contrarreloj de un thriller médico oculto entre las investigaciones, con todos esos hombres misteriosos en trajes amarillos para protegerse de materiales peligrosos. Solo viendo los titulares de la prensa parece que hay decenas de historias extraordinarias de ciencia ficción ocultas en el siglo 21.
11-S: A pesar de que la realidad es tan evidente ahora, antes de 2001 la idea de que diecinueve hombres armados con poco más que cuchillos y un plan pudiese causar tanta destrucción y cambiar el mundo con tanta facilidad era muy poco creíble, incluso en un estreno de Hoolywood. La ciencia ficción tiende a imaginar y especular sobre cosas que nunca han ocurrido antes, cambios que el mundo nunca ha visto. El 11-S fue, para la mayoría, justo ese tipo de suceso inesperado que tuvo lugar de la forma más terrorífica posible.
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Traducción bastante libre y resumida (elimino parte de las coñas):
Nos encantan las buenas historias de ciencia ficción, pero a veces la realidad es igual de rara. Los últimos ocho años han estado plagados de eventos que podrían haberse confundido con algún estreno de verano.
Ciberguerra estoniana: Probablemente haya sido el ciberataque más extraño, aunque no el mayor. El año pasado, hackers rusos tomaron la revancha contra Estonia por un conflicto relacionado con soldados caidos durante la era Soviética, echando abajo sitios web de diarios, bancos e incluso del gobierno utilizando ataques DDOs a gran escala.
Se desconoce si los culpables ayudaban deliberadamente al gobierno del Kremlin, como se sugería, pero teniendo en cuenta la cantidad de ciudadanos rusos, no es imposible pensar que el ataque que casi paraliza a un país fuese perpetrado por ciudadanos independientes.
CERN: Solo es necesario ver las imágenes dentro del Gran Colisionador de Hadrones (acelerador de partículas) para darse cuenta de la increíble apariencia de ciencia ficción del aparato. La historia de esta máquina tiene todos los ingredientes de una buena novela CI-FI: la aceleración de partículas a energías verdaderamente peligrosas creca del borde de Francia y Suiza, donde los científicos intentan confirmar varias teorías y realizar nuevos descubrimientos con partículas cada vez más efímeras, y la eterna preocupación de que los experimentos de la organización harán explotar el mundo.
Turismo espacial: Tanto el cine como en la televisión traen consigo desde hace tiempo la promesa del viaje espacial a disposición de ciudadanos, pero el desarrollo en la vida real del mismo ha sido agonizantemente lento hasta hace poco. Ahora, los aspirantes a astronauta pueden reservar una semana de estancia en la Estación Espacial Internacional por 20 millones de dólares, o aprovechar una de las ofertas para orbitar alrededor de la luna por tan solo 100 millones de dólares.
SARS, gripe aviar y otras afecciones casi pandémicas: Los brotes de virus extraños han sido, desde hace tiempo, un estandarte en la CI-FI, aunque este siglo hemos tenido algunos sustos muy preocupantes. No es difícil imaginar la carrera contrarreloj de un thriller médico oculto entre las investigaciones, con todos esos hombres misteriosos en trajes amarillos para protegerse de materiales peligrosos. Solo viendo los titulares de la prensa parece que hay decenas de historias extraordinarias de ciencia ficción ocultas en el siglo 21.
11-S: A pesar de que la realidad es tan evidente ahora, antes de 2001 la idea de que diecinueve hombres armados con poco más que cuchillos y un plan pudiese causar tanta destrucción y cambiar el mundo con tanta facilidad era muy poco creíble, incluso en un estreno de Hoolywood. La ciencia ficción tiende a imaginar y especular sobre cosas que nunca han ocurrido antes, cambios que el mundo nunca ha visto. El 11-S fue, para la mayoría, justo ese tipo de suceso inesperado que tuvo lugar de la forma más terrorífica posible.
Y eso sin hablar del forlayismo filostrópico.