Se trata de cinco pueblos, a cual más pintoresco: Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso, atrapados entre montaña y mar, donde predominan los barrancos y acantilados que caen en picado al mar, un mar, el de Liguria, de aguas limpias, de un azul intenso y un despiadado oleaje. Para conservar todo este entorno natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el tráfico de automóviles está prohibido.