Hace 14 años | Por --193441-- a nytimes.com
Publicado hace 14 años por --193441-- a nytimes.com

Paro, una cría de foca, sería un peluche normal si no fuera por los microprocesadores bajo su piel que le permiten reaccionar a estímulos, convirtiéndole en en un “hardware” de alivio y compañía que le ha colocado en residencias de la tercera edad u hospitales de Japón.