Publicado hace 15 años por camachosoft a ecodiario.eleconomista.es

Tomarse una taza de té, una ducha, comerse un bistec o hacer un kilómetro en tren: nuestros gestos más banales pueden ser analizados mediante un nuevo sistema de medida: nada menos que el CO2. Este criterio para analizar nuestra vida cotidiana, expresado en gramos equivalentes de carbono -unidad que incluye todos los gases con efecto de invernadero- plantea sin embargo problemas de metodología. Más aún, cada día aparecen nuevos estudios al respecto, algunos creíbles y otros estrafalarios.

Comentarios

D

Lo juntamos con los campos de futbol y las escuelas y hacemos un sistema de medidas nuevo.

D

Pues sonará mal, pero si se hace un índice de renta per cápita y CO2 como estandar de país rico y ya verás las leches que se montan para rebajar el CO2...

No está mal pensado.