Hace 13 años | Por Galero a blog.levante-emv.com
Publicado hace 13 años por Galero a blog.levante-emv.com

Epifanio Rubio nunca habría salido de su remota aldea incomunicada si los estragos de la edad no le hubiesen impelido a ello. Era feliz, no porque tuviera mucho, sino porque necesitaba muy pocas cosas, una petaca con picadura de tabaco, unos leños para la lumbre, cuatro tomates, harina, algunos embutidos de la matanza, legumbres, pimientos secos, aguardiente de la casa y unas hogazas de pan que guardaba en la artesa liadas en una manta alpujarreña.