En el colegio ilicitano de La Hoya están llevando a cabo una pequeña revolución desde hace meses. Han decidido no poner límites a su centro educativo y la forma de entender esto es abrir el mismo, incluso hasta la noche, a toda la pedanía. Así, no sólo los escolares, sino sus padres y demás vecinos pueden usar determinadas instalaciones y recursos de la escuela para formarse, compartir experiencias y mejorar sus habilidades.
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Es una idea que además puede servir para muchas otras opciones, como exposiciones culturales.