Hace 10 años | Por andreloff a lasprovincias.es
Publicado hace 10 años por andreloff a lasprovincias.es

Unos copos de nieve se lanzan por un tobogán. Otros se balancean en un columpio. A unos metros de ese escueto parque, tras un ventanal, cuatro niños atienden a un maestro. Es la escuela de Griegos, un pueblo colgado del cielo en la sierra de Albarracín, en Teruel, una de esas escuelas rurales que sobreviven con los niños justos para evitar el cierre. La mejor solución, aprovechando la crudeza de la crisis, es poner un cebo para atraer a más niños. Y los niños van de la mano de los padres, desempleados a quienes no les importa mudarse...