Hace 11 años | Por hormigaroja a lne.es
Publicado hace 11 años por hormigaroja a lne.es

El turno entró, como siempre, a primera hora de la mañana, y a las ocho empezaron a llamar. Los trabajadores salieron a ver qué pasaba. Y poco a poco, sin convocatorias, en silencio y apesadumbrados, todos se fueron concentrando frente a dirección. Al ritmo al que los compañeros iban saliendo, uno a uno, del despacho con el sobre de General Dynamics -carta de despido y finiquito-, los jefes de personal volvían a salir y señalando con el dedo entre la multitud anunciaban a otro que le había tocado.