Para espiar a los malos cuando usan su móvil se necesitan una orden judicial y la colaboración de las compañías telefónicas, incluso en las películas. Sin embargo, el FBI y otras agencias de seguridad de EEUU han encontrado una manera de obviar el papeleo. Lo llaman triggerfish y, aunque no tiene una traducción fácil, sí se sabe para qué sirve: rastrear los movimientos de un sospechoso por medio de su teléfono móvil. La localización mediante los móviles no es nueva. Si no pudieran ser ubicados, simplemente no podrían recibir o enviar llamadas
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