La idea, esa idea tan higiénica y brillante de que hay que hacer las cosas bien o no hacerlas, lleva finalmente , en muchos asuntos, a que es preferible no hacerlas porque en caso contrario agotarían completamente nuestras energías a fuerza de exigencias y requisitos. Y así es como acabamos gordos, en el paro, y sin hijos.
Comentarios
(Y cómo el sistema nos dio por el culo) aunque eso se sobreentiende aunque no esté en el título...
Conciso y claro.