Por Daisuke Wakabayashi | Hoy, las empresas japonesas han pasado a un segundo plano frente a competidores como Amazon, Apple, Google y la surcoreana Samsung Electronics. El origen de la actual debilidad de Japón se encuentra en su tradicional fortaleza: una fijación con el monozukuri, o el arte de fabricar cosas, priorizando los avances de hardware.