Un día de trabajo normal en un laboratorio de una clinica de Caracas, un tweet extremista y dramático, amenazas jurídicas, un despido y una bonificación extra
Esto sólo ocurre en un país como Venezuela donde los derechos parecieran servir sólo a los vivos y jodedores. El tío bien se merecía el despido (él mismo admite no querer el trabajo, lo que probablemente se reflejaba en su desempeño) y la empresa para poder cesarlo tiene que pagarle doble ya que no puede justificar lo que es simplemente un acto muy inadecuado.
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Esto sólo ocurre en un país como Venezuela donde los derechos parecieran servir sólo a los vivos y jodedores. El tío bien se merecía el despido (él mismo admite no querer el trabajo, lo que probablemente se reflejaba en su desempeño) y la empresa para poder cesarlo tiene que pagarle doble ya que no puede justificar lo que es simplemente un acto muy inadecuado.