Hace 15 años | Por mezvan a elmundo.es
Publicado hace 15 años por mezvan a elmundo.es

[c&p] De no ser por la vela, Hilary Lister no habría sobrevivido a su enfermedad. Y no porque ésta la hubiera abatido sino porque ella misma habría puesto fin a su sufrimiento. Tetrapléjica, encerrada en casa y sin ilusiones, en 2003 había escrito cartas de despedida y había investigado la dosis de morfina que necesitaba para morir. Entonces apareció un ángel sin alas. Un vecino que le propuso que fuera un día a navegar con él. A regañadientes y por complacerle, Hilary dijo que sí. Y apenas se hizo a la mar, había resucitado.

Comentarios

servalred

Conmovedora esta historia, meneo por que me gustan las personas que se superan ante las dificultades.

k

Seguro que si la pilla Bernat Soria, ya la había mandado para el otro barrio. Una inyección y ala, a dejar de sufrir (y de gastar en la seguridad social).